martes, 12 de febrero de 2013

RESUMEN APARECIDO EN ARRIBA DEL DISCURSO PRONUNCIADO POR JULIO RUIZ DE ALDA EN PERALTA EN ENERO DE 1936



En septiembre, por la Junta Política y por nuestro Jefe Nacional el 17 de noviembre, por primera vez en España se dijo lo que iba a pasar en fecha próxima.
Explica la lucha que se avecina, considerándola sólo en lo que tiene de enfrentamiento de dos fuerzas distintas: derechas e izquierdas. Hace a continuación un estudio de sus diferencias. Las unas, las izquierdas, tienen un programa positivo, tienen fe y audacia, van por una cosa: la dictadura del proletariado. Tened la seguridad - dice - de que si ganan posiciones en esta lucha, no las van a abandonar; al revés, apoyándose en ellas, irán adelante, a la consecución de su fin.
Las derechas, en cambio, ¿qué quieren? ¿Cuál es su programa? ¿Qué fe las mueve? ¿En qué se apoyan para su propaganda? Lo esencial en ellas es el miedo, miedo físico, material a sus personas, y, sobre todo, el miedo a perder sus situaciones y privilegios, y sus intereses.

Esto es una equivocación, es un error, es lo que llamamos en la técnica guerrera ponerse en situación inferior estratégica.
Y si no, fijaos en esta diferencia. Si vencen las izquierdas la revolución temida se hará y las derechas serán aniquiladas.
En cambio, si vencen las derechas, o mejor dicho, el conglomerado, desde los viejos carlistas navarros, hasta los hombres del Straperlo, ateos y burgueses, lo más que aspiran es a la repetición de estos dos años estúpidos pasados.
Las izquierdas y masas obreras campesinas, cada vez más hambrientas, más insatisfechas, irán aumentando su rabia y su rebeldía, para estar mejor colocadas en las próximas elecciones de dentro de dos años donde otra vez se va a poner en litigio, por medio de papeletas, si España debe seguir unida, o si esta España agónica, pesimista y tonta actual, debe conservarse.
A nosotros no nos interesa esta solución por ineficaz y poco actuante, porque nuestro espíritu es fundamentalmente optimista y lleno de fe; somos constructores y porque somos revolucionarios nos asquea tanto miedo y tanta cobardía. Por eso fuimos los primeros con muchos días de anticipación, en propugnar la formación del Frente Nacional, porque sabíamos que se avecinaba esta lucha tal como está planteada. Pero queríamos un Frente dispuesto a llevar a la práctica un programa mínimo, claro, valiente y audaz, que diese lo que hoy no tienen los conglomerados de derechas: fe y decisión. Pero ese frente no se hace. y nosotros parece que somos malditos, y no podemos entrar en el bloque anterior.
Pero no importa. Dejaremos por ahora las elecciones, e iré a hablaros de lo nuestro, de lo específicamente nuestro. Por eso empezaremos a hablar de España.
Nosotros que sentimos la tragedia española, no estamos conformes con la España actual, ni con el espíritu que ha regido a España en los últimos años.
Queremos hacer un corte en la Historia de España de los últimos siglos.
Pues fijaos bien que España hoy es una reunión de hombres y pueblos sin ideal común; hombres desengañados, que sólo buscan la resolución de sus problemas económicos inmediatos. Campesinos y labradores, que sujetos a la lucha con la naturaleza, constantemente engañados, recelosos y pesimistas, se encierran dentro de su rudeza. Un centro de España, pobre, económicamente, con una periferia rica. Un país dividido por la lucha de clases, de regiones, de intereses y sin un ideal común. Una sociedad injusta, económicamente, que deja que vivan como animales a millones de hermanos. Un Estado sin fe en sí mismo, sin misiones que cumplir, basado en la fuerza y, por lo tanto, basado en la injusticia que tiene por fin el aprovechamiento de sus ventajas para las diferentes pandillas políticas. Por todos lados se ve pesimismo, renunciamiento y mediocridad. ¿Y creéis vosotros que estos veinticuatro muertos lo han hecho por conservar este orden y este Estado? No; y por eso nosotros no queremos ni ese orden ni este Estado. Por eso somos revolucionarios. Queremos y haremos la Revolución Nacional-Sindicalista.
De nosotros se dice que somos centralistas, que tenemos un concepto panteísta del Estado, y no es verdad. Somos unitarios. Queremos e impondremos la unidad del Estado Español, pero en lo que tiene éste de misiones intransferibles.
La enseñanza es el órgano dirimente y coordinador que también impondremos de una manera absoluta. Pero no somos centralistas. ¿Creéis que vamos a hacer desaparecer la Diputación de Navarra, el órgano oficial modelo de España? No.
Y crearemos las confederaciones hidrográficas, como las concibió Lorenzo Pardo. Pero volviendo a lo anterior, hoy no tenemos Patria, y la tenemos que hacer y la tenemos otra vez que conquistar.
No tenemos pan.
No tenemos justicia. Pérez Farrás y Vázquez, González Peña, Largo Caballero y los infelices fusilados lo atestiguan.
Rigor con los de abajo y claudicación con los de arriba.
Para nuestra Revolución se necesitan hombres para la lucha, por eso, más que votos pedimos hombres; os decimos que no esperéis nada de partidos y diputados; que os fijéis en esos pueblos de Europa, que unidos y hermanados van labrándose el porvenir de su Patria y de sus hijos.
Juventudes, obreros y estudiantes, base y nervio de nuestro Movimiento: fijaos en lo que pasa en Egipto, China y Japón. Fijaos en lo realizado por vuestras generaciones en Alemania e Italia.
Vosotros nos entendéis; no pueden entendernos los viejos educados en otros ambientes y con otro sentido de la vida.
No desesperar; el triunfo es fatalmente nuestro; pasarán años, pero cada año que pase es una nueva generación que entra en la vida con nuestro espíritu, nuestra fe y nuestra decisión.
Tened presente que se acerca el día en que España será nuestra; que España volverá otra vez a oír gritos de esperanza, fragor de trabajo; que se vivirá fuerte y optimistamente; que por vosotros se volverán a crear nuevas jerarquías, nuevos derechos.
Y para ello hay que empezar a recorrer el camino. Adelante, escuadras; marchad decididas, con paso militar al compás de nuestro himno, que miles de escuadras en el resto de España os acompañan.
Todo por España, Una, Grande y Libre.
Por la Patria, el Pan y la justicia.