Estado Nacional-Sindicalista
Se levanta a hablar Ruiz de
Alda y es recibido con una ovación. Pide silencio, y dice que viene a la
Montaña como candidato por Falange Española, y esto para él es una alegría;
pero quiere advertir que viene sin fe en el triunfo. Dice que Falange Española
no viene a ganar España por votos, pues nosotros no podemos pedir 300
diputados. Por esto es por lo que no tengo fe en el programa electoral. Pero sí
vengo con gran alegría, porque veo que en la Montaña, Falange Española va en el
camino de esa marcha emprendida en toda España por miles de camisas azules y
que aquí se encuentra ya una organización fuerte, disciplinada y entregada de
lleno a luchar por España.
Yo represento a Falange
Española, y como tal iría al Parlamento, para desde allí hacer la lucha que
vosotros, camisas azules, hacéis en el pueblo. Pero nosotros hemos de triunfar
- dice, - siendo o no diputados y antes de lo que muchos se piensan, porque
España necesita más que políticos, hombres de sacrificio y de voluntad, como
los que militáis en las filas de Falange Española.
Dice que tiene que llegar el momento en que
todos - y vosotros lo veréis bien palpable, dice a los marineros, - en que las
necesidades de un pueblo o de un gremio no tengan que estar supeditadas a este
o al otro sector político que esté en el poder, pues las necesidades de un
pueblo o de un gremio no deben tomarse como arma política para llenar ambiciones.
Hace un resumen de lo que
sería la sindicalización de los pescadores con los patronos y del beneficio que
a todos traería. Les invita a que acudan al Nacional-Sindicalismo para darles
valor y de esta forma lograr la fuerza que merecen en el sentido político de la
Falange.
Vedlo, si no. ¡Cuántas
veces habéis tenido que enviar representaciones a Madrid para que se os
concedan cosas que no teníais ni que pedirlas, porque se os debían por
justicia! Aprovechando esto se hace campaña política, hoy por unos, mañana por
otros. Todo esto se termina con el Nacional-Sindicalismo, porque lo mismo en
este gremio que en cualquier otro, las representaciones las lleváis vosotros,
que sois los únicos que podéis ver las necesidades de vuestra vida, mejor que
yo y que los políticos, que desconocemos por completo la complejidad técnica y
económica de la pesca de mar.
Ahora es el momento de
seguir a esta juventud, porque nosotros nos nutrimos de juventud y con ella
marcharemos a una España nueva para todos, hacia esa España tan soñada por
nosotros: única, grande y libre.
Termina dirigiéndose a los
camisas azules y los anima a proseguir lo ya empezado. Dice que la Falange
cuenta con una organización capaz de evitar todo atropello revolucionario. Los
camisas azules también son rebeldes, pero la rebeldía de éstos servirá para
aplastar todo aquello que sea destrozar a España. Entonces seremos más que los
políticos; seremos militares al servicio de la Patria, y con nuestras vidas
sabremos defenderla.
¡Camisas azules!, seguid
siempre adelante con ese entusiasmo puesto en la lucha, que no muy lejano nos
espera el triunfo para la tranquilidad de España y para llevarla por el camino
del trabajo, la Paz y la Justicia.