martes, 12 de febrero de 2013

RESUMEN APARECIDO EN ARRIBA DEL DISCURSO PRONUNCIADO POR JULIO RUIZ DE ALDA EN VALLADOLID EL 12 DE ENERO DE 1936



Castilla

En nuestra lucha por hacer una nueva España - no una España en orden, pazguata y de paz mediocre, como por muchos se desea, - sino una nueva España renacida, ambiciosa y hermana de Castilla, es piedra fundamental tener un gran deber que cumplir y una gran responsabilidad política.
España no puede existir, con Castilla en el estado actual. Hoy España es un país con la periferia rica constituida por pueblos con conciencia de sí mismos, y por un centro constituido por un sector pobre y decaído, formando el total una unión siempre inestable y con tendencia a la descomposición. Por eso los problemas que hoy tiene Castilla, son nacionales, y así el problema del trigo tiene una gran importancia no sólo económica, sino política.

Reconociéndolo así Falange Española en su Consejo Nacional, enfrentándose con él, con el problema del campo castellano, propuso
Primero. -Una solución inmediata. Movilización por el Estado de mil millones de pesetas para crédito barato y sencillo para el campo.
Segundo. - La formación de los Sindicatos, según nuestro Estado Sindicalista, y la construcción de la red nacional de silos y cooperativas, y, por último, acometer la reconstrucción de Castilla.
Regar sus campos, reconstruir sus pueblos, poblar sus montes, industrializar Castilla, hacer revivir su industria textil y lanera, sus paños de Béjar, de Palencia y de Burgos. Pues esto se puede hacer. Se puede hacer con un Estado como lo quiere Falange Española, con un poder revolucionario y resuelto a la acción, con un Estado que cuente su tiempo por años y generaciones, no por semanas, con un Gobierno que no esté expuesto al cambio por el mal humor de unos diputados.
Se puede realizar si los castellanos comprenden su deber hacia España, que además está identificado con su interés propio. Esto no es una promesa, la promesa de un milagro. Es sólo el llamamiento veraz que hace la Falange a los hombres y mujeres de Castilla.
Nosotros os decimos que no esperéis nada de nadie, que toda promesa electoral lleva dentro, o un engaño, o la seguridad de recibir más de lo que da. Habéis sido engañados muchas veces y sois pesimistas y desconfiados. Tenéis razón; pero fijaos que nosotros os decimos que lo que debéis hacer es trabajar y luchar, y lo que os ofrecemos es un puesto de combate.
Llamamos a nuestras filas a los campesinos y a los obreros revolucionarios, a los rebeldes ante la injusticia actual de la sociedad y del actual estado capitalista. Y lo hacemos porque sabemos y sentimos que lo nacional vibra en lo profundo de sus entrañas, hasta el punto de que el único partido español con trazas de un imperialismo histórico y de un porvenir próximo, es la Falange Española, en sus organizaciones en Argelia y en Marruecos.
Por esto tenemos que ir de pueblo en pueblo predicando estas rebeldías nuestras, nuestros afanes, haciéndolos cada vez más fuertes, por la sangre de nuestros camaradas, yendo derechos a nuestro fin, a nuestra Revolución Nacional, contra la revolución marxista, con mayor decisión que ésta, con mayor valentía y con mayores sacrificios.